La Fisioterapia Respiratoria, crucial en la recuperación de los pacientes COVID-19
La Fisioterapia Respiratoria, es la modalidad fisioterápica encargada de la valoración y aplicación de procedimientos y técnicas que previenen, estabilizan y mejoran las afecciones del sistema respiratorio (1)
Sus objetivos principales son:
- Optimizar la función respiratoria facilitando la eliminación de las secreciones y reduciendo el trabajo respiratorio,
- disminuir la morbimortalidad y
- mejorar la calidad de vida del paciente (1).
La reeducación del patrón respiratorio, eliminación de secreciones, mejora del intercambio gaseoso, fortalecimiento de la musculatura respiratoria y aumento de la movilidad de la caja torácica son algunos de los procedimientos que utiliza el fisioterapeuta para mejorar la función respiratoria, oxigenación, disnea y tolerancia al ejercicio de los pacientes (1).
Sin embargo, a pesar de las ventajas demostradas en relación a su eficacia y su reducido coste económico, España es un país deficitario en especialistas de esta disciplina. Por esta razón, es importante la labor de difusión, divulgación, formación e investigación en este campo.
Recientemente hemos podido ver en los medios de comunicación la labor de estos héroes, que al igual que médico/as, enfermero/as, auxiliares, celadores, terapeutas ocupacionales y todo el arsenal de profesionales y trabajadores han estado y seguirán estando a pie de cañón para luchar contra la COVID-19. Me gustaría destacar aquí la importancia del equipo multidisciplinar. Como me ha dicho Beatriz Herrero (Fisioterapeuta, Osteópata, Directora de Ámaco Salud y mi tutora de prácticas) “cada persona y profesional tiene su propia labor y función dentro de la sociedad y su trabajo es igual de importante que el de la persona de su lado”. A estas palabras me gustaría añadir que el trabajo en un equipo multidisplicinar permite crear un ambiente en el que cada profesional será una pieza fundamental del puzzle y aportará su granito de arena para trabajar de forma integrada e interconectada en torno a un plan de intervención individualizado y con objetivos compartidos, con la finalidad de ofrecer una atención y tratamiento óptimo a cada paciente.
La COVID-19, también conocida como enfermedad por coronavirus, es una enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2, una nueva cepa de coronavirus identificada por primera vez en humanos el 31 de diciembre de 2019 por las autoridades chinas y que fue categorizada como pandemia el 11 de marzo de 2020 (2,3).
Los síntomas y signos más frecuentes asociados a una infección por COVID-19 son la tos seca, fiebre o febrícula y la sensación de disnea. En menor medida, también puede cursar con diarrea, cefalea, dolor de garganta, debilidad muscular, mialgia, escalofríos, anosmia y ageusia. En la mayoría de casos la recuperación es espontánea, sin embargo, durante el proceso de la enfermedad pueden aparecer complicaciones de carácter grave como neumonía, síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA) y fallo multiorgánico (2,3).
El papel que juega la Fisioterapia Respiratoria resulta crucial en las distintas fases del proceso por COVID-19: fase confinamiento, ingreso o fase de hospitalización en planta o en UCIs y después del alta hospitalaria con el fin de mejorar la condición física y prevenir secuelas (2,3).
En la fase confinamiento se identifican los pacientes con sintomatología leve que pasarán el periodo de aislamiento en su domicilio. En estos pacientes se promoverá mantenerse activo el mayor tiempo posible, evitar largos periodos de sedestación o inmovilidad, realizar ejercicio físico a diario, controlar la respiración durante los ejercicios y favorecer una buena hidratación (4).
Con respecto al tratamiento en las UCIS, diferentes estudios han demostrado la eficacia de la movilización temprana y las técnicas de fisioterapia respiratoria como el apoyo en el proceso de destete tras la intubación o ventilación mecánica, la limpieza de secreciones, técnicas ventilatorias y la reeducación del patrón ventilatorio. Estos procedimientos favorecerán la recuperación y evitarán complicaciones en el paciente derivadas del encamamiento prolongado. Se conoce que en el paciente adulto la fuerza muscular disminuye un 1% por día de encamamiento. Si a esta cifra le añadimos la escasa movilidad del paciente en la UCI la pérdida de fuerza muscular ascendería a 25% en una semana. Es por ello, por lo que será necesario mantener y mejorar la funcionalidad y estado de la musculatura a través de la movilización precoz. De la misma forma, en planta, el fisioterapeuta respiratorio aplicará técnicas ventilatorias y de drenaje en aquellos pacientes con dificultad para expulsar secreciones y técnicas para el fortalecimiento de la musculatura respiratoria y periférica (4,5).
Actualmente no se conocen con certeza las secuelas que deja el COVID-19 a medio y largo plazo. Sin embargo, si conocemos las consecuencias a nivel respiratorio, motor y funcional a corto plazo. Como ya he comentado, la falta de movilidad y el desacondicionamiento físico que supone el estar aislado o haber estado ingresado en el hospital, tiene un efecto directo sobre la fuerza muscular, la capacidad cardiopulmonar y la tolerancia al esfuerzo (4). Por ello, es importante realizar ejercicio físico a diario:
- ENTRENAMIENTO AERÓBICO: caminar, andar rápido, trotar, nadar. Se recomienda ir aumentando la intensidad y duración gradualmente. Lo ideal es realizar 20-30 minutos al día y 3-5 sesiones por semana (4)
- ENTRENAMIENTO PROGRESIVO DE LA FUERZA: se recomienda trabajo de 1-3 grupos musculares con una carga de 8-12 repeticiones, con intervalos de entrenamiento de 2 minutos. La frecuencia sería de 2-3 sesiones por semana durante un período mínimo de 6 semanas (4,6).
A continuación, se exponen una serie de ejercicios recomendados que se pueden realizar en el domicilio y que ayudarán a prevenir y mejorar la función respiratoria (7,8):
- EJERCICIOS RESPIRATORIOS PARA RESTABLECER EL PATRÓN VENTILATORIO Y EL VOLUMEN PULMONAR:
- Se trata de técnicas enfocadas a aumentar el volumen pulmonar inspiratorio y reducir el trabajo ventilatorio o dificultad respiratoria.
- Respiración labios fruncidos: este ejercicio puede ayudar a reducir la sensación de disnea o dificultad respiratoria ya que aumenta la PO2 (presión parcial de oxígeno) y disminuye la PCO2 (presión parcial de dióxido de carbono). Lo podemos realizar como técnica independiente, asociada al ejercicio físico o ante una situación de estrés. Ejecución: inspire de forma normal a través de la nariz y aguante el aire 2-3 segundos si es posible. Sopla lentamente por la boca con los labios firmemente unidos excepto en el centro formando una U con los labios y ejerciendo cierta presión (7,8,9).
- Se trata de técnicas enfocadas a aumentar el volumen pulmonar inspiratorio y reducir el trabajo ventilatorio o dificultad respiratoria.
- Respiración abdominal o diafragmática: realizaremos este ejercicio tumbados con piernas semiflexionadas o sentados en una silla. Ejecución: colocamos las manos en el abdomen para notar como la barriga sale al tomar aire (inspirar) y se esconde al sacar el aire (espirar). Inspiramos todo el aire por la nariz que se pueda y lo expulsamos lentamente por la boca con labios fruncidos. Se recomienda realizarlo por la mañana y por la tarde de 10-15 repeticiones (7,8).
- EJERCICIOS DE PERMEABILIZACIÓN DE LA VÍA AÉREA O DRENAJE DE SECRECIONES BRONQUIALES (7,8):
- Se recomiendan estos ejercicios en aquellos pacientes que presenten secreciones al toser (tos productiva) ya que tienen como objetivo mejorar el transporte de éstas a nivel pulmonar y facilitar su expulsión. Al igual que los anteriores ejercicios se pueden realizar de forma aislada o combinándolos con el ejercicio físico.
- Ejercicios de espiración lenta con la boca abierta: este ejercicio permitirá mover las secreciones que se encuentren a nivel proximal para poder expulsarlas con mayor facilidad al toser. Ejecución: nos colocamos tumbados de lado en una superficie plana. Inspiramos por la nariz de forma normal y espiramos con la boca abierta lentamente hasta vaciar del todo nuestros pulmones. Se recomienda realizarlo durante 5 minutos de cada lado y dos veces al día (mañana y tarde). Si en algún momento aparece tos, se recomienda pasar a sedestación, inspirar profundamente y toser para expulsar las secreciones (7,8).
- Se recomiendan estos ejercicios en aquellos pacientes que presenten secreciones al toser (tos productiva) ya que tienen como objetivo mejorar el transporte de éstas a nivel pulmonar y facilitar su expulsión. Al igual que los anteriores ejercicios se pueden realizar de forma aislada o combinándolos con el ejercicio físico.
Pinchando en el siguiente enlace se ofrecen numerosos ejercicios respiratorios recomendados por el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid: https://fundacionio.com/wp-content/uploads/2020/03/fisio-covid19.pdf (7).
Para terminar, me gustaría agradecer a todas las personas que están trabajando para luchar contra la COVID-19 y reivindicar la importancia de la labor de la Fisioterapia Respiratoria, que está trabando en primera línea para mejorar la recuperación funcional y respiratoria de los pacientes infectados por SARS-CoV-2 durante su hospitalización y después de esta.
Julia de la Fuente Medrano, alumna de Fisioterapia de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.