El dolor de hombro es uno de los trastornos musculoesqueléticos más frecuentes junto con el dolor lumbar y cervical. Este dolor, presenta características incapacitantes y una vez instaurado puede volverse crónico y de difícil manejo. Además, en la mayoría de los casos, nos encontramos con un dolor  inespecífico, por lo que resulta imprescindible una exhaustiva valoración por parte de un
fisioterapeuta para elaborar un plan de tratamiento adecuado y evitar que la patología se cronifique.

La prevalencia del dolor de hombro varía del 20% al 33% en la población mundial. En general, tiene un pronóstico malo, persistiendo los síntomas a los seis meses en la mitad de los pacientes y conduciendo a discapacidades durante las AVD, trabajo y ocio.

¿Qué es el hombro congelado?

El hombro congelado o capsulitis adhesiva es una condición dolorosa,
caracterizada principalmente por un inicio espontáneo de dolor, rigidez
y limitación gradual del movimiento articular activo y pasivo. Estas
condiciones, se deben a una progresiva fibrosis, acumulación de
colágeno tipo III en la cápsula articular, ausencia de miofibroblastos y
alteración en los tejidos blandos. Así mismo, en los pacientes se
observa una consecuente restricción de la función. Por lo tanto, si no
se trata correctamente puede quedar una limitación permanente con
gran discapacidad.

Es importante tener en cuenta que la articulación del hombro es la
articulación más móvil del cuerpo y los movimientos entre las
superficies articulares se basan en un control coordinado de los
músculos adyacentes y circundantes. Cualquier deterioro en el
rendimiento muscular puede influir en los movimientos del hombro y
contribuir a una disfunción articular. Por ello, el espasmo muscular del
manguito rotador inducido por dolor y la debilidad muscular alrededor
del hombro afectado también contribuyen a restringir el movimiento
en pacientes con capsulitis adhesiva.

La capsulitis adhesiva afecta al 2-5% de la población general y es más
frecuente en las mujeres, entre los 40- 60 años y suele afectar al brazo
no dominante. Es más común en pacientes con diabetes mellitus (11%
de la población), disfunción tiroidea, contractura de Dupuytren,
enfermedad autoinmune, cerebrovascular, cardiovascular y
aquellos que han sido tratados de cáncer. En estos pacientes, es más
persistente que un hombro congelado idiopático, y por tanto es difícil
de tratar.

A pesar de una extensa investigación, la etiología y patología de este
síndrome aún se debate y puede ser de naturaleza multifactorial,
potencialmente influenciada por la sobrecarga mecánica, cambios
degenerativos, factores genéticos, inmunológicos, inflamatorios,
bioquímicos, alteraciones endocrinas y estilo de vida.
Con relación a la etiología de la patología, además de lo previamente
descrito, en la actualidad se ha mostrado gran interés por el concepto
de sensibilización central.

La sensibilización central, definida como “una amplificación de la
señalización neural dentro del sistema nervioso central que provoca
hipersensibilidad al dolor”, puede desempeñar un papel importante en
el hombro congelado.

Fases del hombro congelado

Se ha informado que generalmente la patología de hombro congelado
tiene 4 estadios:

• Estadio 1: se caracteriza por la aparición de dolor agudo al final
del ROM, dolor en reposo y alteraciones de sueño.

• Estadio 2: se describe como etapa dolorosa o congelada, se
presenta una gran pérdida de ROM en todas las direcciones
debido al dolor y puede durar hasta 9 meses.

• Estadio 3: se conoce como la “etapa congelada”. Dura de 9 a
15 meses e incluye tanto dolor como rigidez.

• Estadio 4: es la etapa final y se considera la etapa de
“descongelación”. Se caracteriza por menos dolor y una rigidez
predominante que se convierte en un factor limitante.
Suele durar de 15 a 24 meses desde el inicio de los síntomas. Hasta el
momento, se han descrito múltiples intervenciones para el tratamiento
de la capsulitis adhesiva.

Tratamiento del hombro congelado

El tratamiento más utilizado incluye la rehabilitación por parte de un
fisioterapeuta, como primera medida conservadora, que da lugar a
resultados exitosos como la reducción del dolor, mejora de la
funcionalidad y mejora del ROM.
Respecto a la terapia manual, varios tratamientos, incluyendo técnicas
de movilización y manipulación han resultado efectivos para la
restauración del dolor y rango de movimiento. La evidencia sugiere que
la terapia manual con movilizaciones que incluyen manipulación de alta
velocidad, baja amplitud, movilización al final del rango, movilización
a mitad del rango y movilización con movimiento tienen un efecto más
significativo en la mejora del ROM en la capsulitis adhesiva.
También, se utilizan medicamentos antiinflamatorios, corticoesteroides
intraarticulares e inyecciones articulares con el objetivo de reducir la
sintomatología. En última instancia, se opta por intervenciones
quirúrgicas en casos refractarios.
Resulta imprescindible el correcto diagnóstico para comenzar
precozmente con un tratamiento adecuado ya que las mejoras se
producen en los primeros estadios.

 

Realizado por Laura Díez Gómez