¿Qué es la fibromialgia?
¿Se conoce su origen?
¿Cuál es el nuevo tratamiento para la fibromialgia que está desbancando el uso de los medicamentos?
La fibromialgia (FM) es una enfermedad «emergente» en la sociedad moderna. Se calcula que un 2,10% de la población mundial la sufre, y en España la cifra es incluso mayor: un 2,40% de los españoles presenta síntomas de fibromialgia. Es más habitual en mujeres, y en edades entre los 30 y 50 años, aunque los niños y ancianos también pueden padecerla.
Esta enfermedad es relativamente poco conocida y ajena a la mayor parte de la población, por lo que la investigación avanza lentamente en la búsqueda de un tratamiento para la fibromialgia. De hecho no fue reconocida como enfermedad por la OMS hasta 1992. Hasta ahora, lo que se sabe de ella no es alentador: es crónica, afecta principalmente al Sistema Nervioso Central causando un dolor generalizado en todo el cuerpo, y no existe actualmente un tratamiento curativo eficaz y definitivo, sino que la medicina y la psiquiatría centran sus esfuerzos en tratar los síntomas.
De hecho, es común leer que el único tratamiento para la fibromialgia se basa en los fármacos. Afortunadamente ahora se están empleando técnicas mucho más novedosas que se desmarcan del uso de los medicamentos y consiguen resultados más duraderos y menos invasivos a la hora de paliar el dolor, como la TDCS (Estimulación transcraneal por corriente directa).
En este artículo te describimos detalladamente qué es la fibromialgia, y recopilamos toda la información sobre los síntomas, diagnósticos y mejores tratamientos para la fibromialgia que existen en la actualidad.
¿Qué es la fibromialgia?
La fibromialgia es una enfermedad que causa dolor de forma generalizada, fatiga y agotamiento, como síntomas nucleares. El dolor (algia) afecta principalmente a tejidos fibrosos (fibro) como tendones y ligamentos, y a los músculos (mios). En concreto, el dolor se concentra en los llamados puntos gatillo o puntos dolorosos, que son hipersensibles al tacto. Estos puntos dolorosos generalmente se localizan en espalda, glúteos y articulaciones, pudiendo llegar a confundirse con una enfermedad de origen articular como la artrosis. Es bastante frecuente que el enfermo también sufra de alteraciones del sueño, ansiedad, depresión, falta de concentración y memoria, entre otros.
El dolor generalizado suele venir acompañado de otros síntomas de la fibromialgia como el cansancio durante la mayor parte del día, frecuentes dolores de cabeza, dolor abdominal sin causa aparente, ardor al orinar y ganas de seguir orinando al terminar (dando negativo en los cultivos de orina), dolores menstruales en el caso de las mujeres, diarreas ocasionales, dificultad para conciliar el sueño (o sueño sin descanso), escalofríos, sensación de fiebre, zumbido en los oídos, manos hinchadas o sensación de hormigueo…
Los síntomas de la fibromialgia son muy diversos, y cada paciente sufre su propia versión de la enfermedad, por lo que es complicado establecer un cuadro sintomático fijo que ayude a los especialistas a identificarlo objetivamente.
Sin embargo, a diferencia de otras enfermedades reumáticas, la fibromialgia NO PRODUCE NINGUNA DEFORMIDAD, como sí puede ocurrir con la artrosis, la artritis, la gota, etc. La FM «respeta» las articulaciones, que permanecen sanas a pesar del dolor.
Causas de la fibromialgia
Las causas de la fibromialgia pueden ser la combinación de una alteración genética y un factor externo desencadenante, como sufrir un trauma, un accidente, una cirugía, o cualquier otro tipo de evento estresante.
Aunque las causas de la fibromialgia no están claras, los investigadores han encontrado nuevas evidencias sobre las anomalías químicas que se producen en el cuerpo del enfermo.
Por ejemplo, estudios sobre la fibromialgia recientes apuntan a un desajuste de determinados neurotrasmisores en el Sistema Nervioso Central. Entre ellos el glutamato, el principal neurotrasmisor excitador del cerebro, y el GABA, como principal inhibidor. El exceso de glutamato puede estar asociado a la respuesta de dolor que padecen las personas con fibromialgia. También se observó en las personas con FM un aumento de la proteína encargada de enviar una señal de dolor al cerebro (sustancia P) y una disminución de la serotonina, lo que hace que la persona sea más sensible al dolor.
Además, se sabe que el 80% de los fibromiálgicos tiene sueño alfa-delta. Las ondas alfa son las ondas eléctricas rápidas del cerebro, activas durante el día y «adormecidas» durante la noche (momento en el que hay predominancia de ondas delta, u ondas eléctricas lentas del cerebro) en el caso de una persona sana. En un enfermo de FM las ondas alfa interrumpen a las delta, y provocan un sueño poco reparador que impide que se desarrollen bien importantes funciones del cuerpo durante la noche.
¿Estos desajustes químicos y circadianos son causas de la fibromialgia o consecuencias? No está del todo claro.
¿Cómo reducir el dolor en la fibromialgia?
En la actualidad no se sabe cómo curar la fibromialgia, pero existen numerosos tratamientos para paliar el dolor y hacerlo más llevadero. Uno de los tratamientos para disminuir el dolor en la fibromialgia consiste en el uso defármacos que actúan en el sistema nervioso central (SNC). Algunos medicamentos para la fibromialgia son los antidepresivos o los anticonvulsivos. Los medicamentos para la fibromialgia tienen desventajas: hay que tomarlos con precaución y evitar la automedicación, además de que su efecto se acaba en cuanto dejas de tomarlos.
Hasta hace pocos años, el único método para reducir el dolor de la fibromialgia se basaba en los fármacos, pero están surgiendo nuevas opciones que se desmarcan del uso de los medicamentos y tienen efectos a largo plazo en el tratamiento del dolor. Un ejemplo muy claro es el tratamiento con tDCS o estimulación con corriente directa. La tDCS ha demostrado en varios estudios que puede modular la acción de los neurotransmisores implicados en la excitabilidad e inhibición en el Sistema Nervioso Central, disminuyendo el dolor clínico con efectos que se mantienen a largo plazo.
El uso de la tDCS en el tratamiento del dolor de la fibromialgia es un gran avance y una mejora potencial en el nivel de vida de los pacientes con esta enfermedad.
TDCS
La estimulación transcraneal con corriente directa, tDCS, consiste en la aplicación de una corriente de muy baja intensidad sobre el cuero cabelludo. Para ello se utilizan dos electrodos, un ánodo y un cátodo. El primero aumentaría la excitabilidad de las neuronas y el cátodo inhibiría dicha excitabilidad.
A pesar de tratarse de una corriente de muy baja intensidad, entre 0,4 y 2 mA, es capaz de atravesar el cráneo y propagarse por los tejidos hasta zonas subcorticales. Sin embargo si el electrodo fuera puesto en la superficie de la lengua no se notaría más que unas leves cosquillas.
Es una técnica no invasiva, ya que no requiere ningún tipo de operación quirúrgica, ni implantes intracraneales. La acción se realiza desde la superficie.
Los campos electromagnéticos están presentes en todos los seres vivos y también en los aparatos eléctricos fabricados por el hombre. Objetos como una batidora, una manta eléctrica o un aspirador producen campos eléctricos y magnéticos de bastante intensidad que pueden ser percibidos por el ser humano. Por ello, desde hace unos 30 años se viene estudiando el efecto sobre la materia viva de estos supuestamente inocuos CEM EBF (campos electromagnéticos de extrema baja frecuencia)
Los resultados de estos estudios no son concluyentes, encontrando efectos nocivos, neutros y positivos. Y es en estos últimos, los efectos positivos, en los que se basan las técnicas que utilizan el electromagnetismo con fines clínicos. Tanto la EMT (estimulación magnética transcraneal) como la EMTr (estimulación magnética transcraneal repetitiva) como la tDCS (estimulación transcraneal con corriente directa) parten de dichos parámetros para obtener cambios en el sistema nervioso.
¿Qué es exactamente lo que ocurre en el cerebro?
Pues el mecanismo exacto aún se desconoce, se sabe que con la corriente directa hay una despolarización de las neuronas y que esto finalmente genera una neuromodulación en los circuitos neuronales. Diversos laboratorios investigan la manera de optimizar dicha corriente, tanto en las posiciones de los electrodos, como en el tiempo de exposición y la intensidad.
Actualmente podemos considerar algunas patologías como el Alzheimer, Parkinson, depresión mayor, dolor crónico, TOC, como diana de este procedimiento ya que los resultados están siendo muy satisfactorios.
En el caso del Alzheimer la neuromodulación en el cortex prefrontal retardaría los síntomas típicos del trastorno. En el Parkinson disminuye la bradicinesia. En la depresión mayor, se trabaja sobre todo en la asimetría frontal característica de la enfermedad, mejorando el estado de ánimo, la motivación y espaciando las crisis. El dolor crónico mejora gracias a la neuromodulación que se realiza en la corteza motora del cerebro. El TOC se reduce gracias a la inhibición de la excitabilidad de determinadas áreas cerebrales implicadas en la conducta obsesiva-compulsiva.
Y en todos los casos, los pacientes suelen referir mejoras cognitivas, de concentración y de estado de ánimo.
El tratamiento con tDCS
La tDCS tiene un efecto acumulativo, es decir, sesión a sesión se van produciendo cambios temporales, que se van acumulando con cada sesión. Este efecto acumulada en el tiempo es lo que conseguirá una neuromodulación a largo plazo.
La mayoría de las patologías comenzaran con un periodo de inducción, denominado así por Antonio Oliviero, neurólogo del hospital nacional de parapléjicos de Toledo. En esta fase se realizan varias sesiones consecutivas en una o dos semanas, para conseguir un efecto de acumulación. Si durante este periodo el paciente refiere mejora, sabemos que la técnica mejorará la sintomatología del trastorno.
En ese caso se comienzan a realizar sesiones semanales, quincenales, mensuales, etc. Con la periodicidad que cada paciente necesite.
Nuevo tratamiento de la fibromialgia
El dolor producido en la fibromialgia parece estar relacionado con el Sistema Nervioso Central, es decir, no se produce a nivel periférico. Las intervenciones cuyo objetivo es el tratamiento del dolor en la fibromialgia hasta ahora han consistido en el uso de fármacos que actúan a nivel del Sistema Nervioso Central, como los antidepresivos.
Se ha podido comprobar que los analgésicos con efectos periféricos, como el ibuprofeno, el paracetamol e incluso la morfina, no causan un efecto satisfactorio.
Por ello desde hace tiempo se viene estudiando el papel de la estimulación eléctrica no invasiva en el tratamiento del dolor de la fibromialgia. Dicha estimulación actúa por acumulación en los circuitos que modulan la percepción del dolor en el cerebro.
Durante 10 sesiones de 20 minutos se han observado descensos del dolor clínico y dichos resultados se han mantenido a medio plazo una vez terminado el tratamiento.
Ya que el efecto de la tDCS es neuromodulador y aumenta con el tiempo, se plantea como una nueva vía de tratamiento del dolor, sin efectos secundarios, indoloro y no invasivo.