La depresión es una enfermedad o trastorno mental que se caracteriza por una
profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés
por todo y disminución de las funciones psíquicas. Causa un gran sufrimiento y
altera gravemente las actividades de la vida diaria del paciente. Según la OMS,
esta enfermedad afecta al 3´8% de la población, lo que equivale a cerca de 280
millones de personas.
Para el tratamiento de esta, en España, no existe un protocolo real
establecido en Atención Primaria que marque como actuar en pacientes con
síntomas de depresión. La primera opción para los médicos de Atención
Primaria es recetar fármacos antidepresivos. Posteriormente, si el paciente no
evoluciona, se le deriva a la unidad de psiquiatría, omitiendo pasos intermedios
como el tratamiento psicológico. Numerosas asociaciones critican esta
secuencia de toma de decisiones que ha convertido a España uno de los diez
países del mundo donde se consumen más antidepresivos por cada 100000
habitantes.
Una forma de tratamiento de la depresión con cierta evidencia científica es el
ejercicio físico. Este tipo de tratamiento tiene numerosas ventajas,
comenzando por su gran viabilidad en cuanto a costes, ya que se puede
prescindir de materiales para su realización. Su amplia variedad de
posibilidades permiten adaptarse a toda edad y condición física. Además, este
tratamiento no produce un estigma social como puede crear, por ejemplo, el
tratamiento psiquiátrico en algunas culturas.
Según una revisión científica llevada a cabo en la Central Queensland University
de Australia, un pautado eficiente para el ejercicio físico en pacientes
depresivos se compondría de sesiones de entre 40-60 minutos, realizadas una
media de entre 3-4 veces por semana. Estas sesiones pueden constar de
ejercicio aeróbico y anaeróbico, con disciplinas como la marcha, bicicleta o
entrenamiento de fuerza. Cabe destacar que es recomendable una mezcla de
ambos. El tiempo de duración de la práctica de ejercicio en los estudios
revisados es de entre 9 y 14 semanas, siendo 12 semanas el número más
utilizado.
Para finalizar, cabe recalcar que el uso de ejercicio físico como tratamiento de
la depresión tiene una gran ventaja: la compatibilidad con otros tratamientos
como el farmacológico o el psicológico. El uso del ejercicio debería estar a la
orden del día como tratamiento y prevención de esta patología, por todas sus
virtudes en las esferas tanto biológicas como sociales.
Francisco Javier Añíbarro López
ALUMNO 4º FISIOTERAPIA UEMC